Si acaso en las agujas estáticas de los relojes recuerdas en tus labios las huellas de mis besos verás que el mundo siguió andando sin mi tiempo; los días sucedieron alegres y oscuras las noches la muerte y la vida se turnaron en sumas y restas la flor y la pluma compartieron los rocíos de la aurora pero el amor que profesamos, quedó, en el reloj de los sueños, por eso, ya no se escucha el musitar de tus labios las veces que decías, te quiero...junto a mi nombre, por eso, llevo repetido como un eco penitente las veces que no pude decirte, cuanto te amo. Hoy que despierto entumecido y absorto, vi al mundo mas viejo y también mas nuevo y a nuestro amor que seguía en el pasado, con su peso anclado en el atril del silencio, cubierta, con el manto de la noche sin aurora, recité nuestra canción para arrullarla y crepitaron dulcemente en la memoria los besos consumados bajo la luna en noches frías, las promesas en el fuego de nuestros cuerpos; luego cerré los ojos p
Estaba entre aquellos que transitan inertes entre polvorientas dunas siczageantes y entre disentidos oasis estridentes sin hallar descanso, ni lugar que deshiele tus caricias y heladas indulgencias; andaba por los linderos convexos de la vida haciéndome el encontradizo -acaso- con el fulgor casi olvidado de tus ojos, sin encontrar siquiera una chispa que fuera el eslabón a tu memoria. Aún así, busqué -en paradas polvorientas- entre bosques, extensas praderas, rios, manantiales, cerros y laderas entre arbustos ajados y verdes hojas, glaciares, desiertos y selvas vírgenes, a la luz de la luna y del sol, busqué; la belleza y dulzura de una flor, una, que me alimente de tu amor, que tenga tu picardía y candor una, que embalsame mi dolor. Ahora sigo mi camino, con un suspiro profundo de tu aroma tan profundo, que tengo de ti...saciada el alma ! Diego